jueves, 20 de septiembre de 2012

Una infancia miserable irlandesa

"Cuando rememoro mi niñez me pregunto cómo sobreviví. Fue, claro, una infancia miserable: la infancia feliz difícilmente vale la pena para nadie. Peor que la infancia miserable común es la infancia miserable irlandesa, y peor aún es la infancia miserable católica irlandesa.
La gente en todas partes se jacta o se queja de los infortunios de sus primeros años, pero nada se puede comparar con la versión irlandesa: la pobreza; el padre alcohólico, locuaz e inestable, la piadosa y derrotada madre gimiendo junto al fuego; sacerdotes pomposos; maestros abusivos; los ingleses y las cosas terribles que nos hicieron durante ochocientos largos años.
Y sobre todo: vivíamos mojados. [...]

El maestro dice que morir por la fe es una cosa gloriosa y papá dice que morir por Irlanda es una cosa gloriosa y me pregunto si en el mundo habrá alguien que quiera que vivamos. Mis hermanos están muertos y mi hermana está muerta y me pregunto si murieron por Irlanda o por la fe. Papá dice que eran demasiado jóvenes para morir por algo. Mamá dice que fue por la enfermedad y el hambre y porque él nunca tiene trabajo. Papá dice: Ay, Ángela, se pone la gorra y sale a dar una de sus caminatas."

Frank McCourt, "Las cenizas de Angela"

No hay comentarios:

Publicar un comentario