"Es hijo de su padre. -Bajo fornido, de rostro achatado, parecía un buen chico: serio, sensato, consciente de sus deberes..., aunque no era de los que aceleraban el corazón a los jóvenes y [ella], al margen de todo lo demás, seguía siendo una niña, como ella misma decía cuando le daba por hacerse la inocente. [...] Pero la niña que era en el fondo anhelaba poseía, pasión y risas-. Quiere fuego y Dorne le envía barro. [...] El barro podía nutrir, mientras que el fuego solo consumía, pero los necios, los niños y las muchachas siempre preferían el fuego.
George R. R. Martin, "Danza de dragones"
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