"Aguantad firmes, piernas: No me falles, cabeza. no me falles. Nunca te has dejado llevar. Esta vez voy a virarlo.
Pero cuando puso en ello todo su esfuerzo empezando a bastante distancia [...] y tirando con todas su fuerzas, el pez se viró en parte y luego se enderezó y se alejó nadando.
-Pez- dijo el viejo-. Pez, vas a tener que morir de todos modos. ¿Tienes que matarme a mí también?
Ernest Heminway, "El viejo y el mar"
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