martes, 31 de julio de 2012

Y ahora, mezclemos el vino con las rosas de tus versos.

"DON LATINO: Querido Max, vuelvo a decirte que no te pongas estupendo. Siéntate e invítanos a cenar. Rubén, hoy este gran poeta, nuestro amigo, se llama Estrella Resplandeciente!

RUBÉN: ¡Admirable! ¡Max, es preciso huir de la bohemia!

DON LATINO: ¡Está opulento! ¡Guarda dos pápiros de piel de contribuyente!

MAX: ¡Esta tarde tuve que empeñar la capa, y esta noche te convido a cenar! ¡A cenar con el rubio Champaña, Rubén!

RUBÉN: ¡Admirable! Como Martín de Tours, partes conmigo la capa, trasmudada en cena. ¡Admirable!

DON LATINO: ¡Mozo, la carta! Me parece un poco exagerado pedir vinos franceses. ¡Hay que pensar en el mañana, caballeros!

MAX: ¡No pensemos!

DON LATINO: Compartiría tu opinión, si con el café, la copa y el puro nos tomásemos un veneno.

MAX: ¡Miserable burgués!

DON LATINO: Querido Max, hagamos un trato. Yo me bebo modestamente una chica de cerveza, y tú me apoquinas en pasta con lo que me había de costar la bebecua. [...]

MAX: Rubén, acuérdate de esta cena. Y ahora, mezclemos el vino con las rosas de tus versos. Te escuchamos.

Ramón Valle-Inclán, "Luces de Bohemia"

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