viernes, 3 de agosto de 2012

Aguanta, vida mía.

‎"Antes de tragarse el papel, Hortensia lo retiene en la boca. Lo ha leído más de veinte veces. Lo ha memorizado y sigue las instrucciones de Felipe. No lo rompas, podrían encontrar los pedazos. No quiere tragar, desea mantener en su boca los besos que le manda Felipe. No lo quemes, podrían sorprenderte antes de que hubiera ardido por completo. Quiere saborear su nombre, escrito por la mano de Felipe. Cómetelo, Tensi, no sabe mal, y piensa en mí. La celulosa se va deshaciendo y Hortensia no quiere tragar. Piensa que estaré en tu boca, Tensi. La bola seca que se formó al principio es ya una pasta amarga con sabor a tinta. No quiere tragar, pero los pasos de la guardiana se acercan, Te mando muchos besos, Tensi, todos los que no he podido darte.. Los pasos de la guardiana resuenan por la galería, es la hora del taller. Aguanta, vida mía. [...] La funcionaria ha entrado ya.
Es Mercedes.
-¡Al taller! [...]

Ella no va al taller, porque aún no tiene condena. [...] Tomasa no va por principios. Se niega a coser uniformes para el enemigo. Tomasa sostiene que la guerra no ha terminado, que la paz consentida por Negrín es una ofensa a los que continúan en la lucha. Ella se niega a aceptar que los tres años de guerra comienzan a formar parte de la Historia. No. Sus muertos no parte de la Historia. Ni ella ha sido condenada a muerte, ni le ha sido conmutada la pena, para la Historia. Ella no va a dar treinta años de su vida para la Historia. Ni un solo día ni un solo muerto para la Historia. La guerra no ha acabado. Pero acabará y pronto. Y ella no cosido ni una sola puntada para redimir pena colaborando con los que quieren escribir la Historia [...]

Muy pronto acabará todo, quizá incluso antes de que salga tu juicio, y estaré contigo cuando nazca el crío. Si es niña, la llamaremos Hortensia, como tú, Tensi."

Dulce Chacón. "La Voz dormida"

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