miércoles, 1 de agosto de 2012

Un 18 de Julio, en una ciudad de provincias.

"La ciudad, en las primeras horas de la mañana, se despertaba extrañada con estruendo de músicas y sones militares. [...] La ciudad se engalanó rápidamente con banderas y colgaduras, muchas, aunque no todas todavía, monárquicas; por las calles, escuadrones de caballería, fusil en prevención, carroussel monorrítmico e interminable, recibían los tibios aplausos de los vecinos asombrados. Llegué cerca de la catedral y el espectáculo que ante su puerta principal presencié es algo que no podrá borrarse de mi memoria. Salía de ella un cortejo extraño, formado por mujeres enlutadas, viejas en su mayoría, y todas portadoras de grandes escapularios y medallas, atropelladamente avanzaban hacia el Arco de Santa María, llevando al frente una enorme bandera monárquica. [...]

La primera víctima cayó a las tres de la tarde de aquel mismo día (18 de julio). Estaba yo terminando de comer en el hotel cuando el alguacil se presentó a buscarme con carácter urgente
.

-"Han matado a un obrero", me dijo nerviosamente.

Nos pusimos en camino hacia el sitio donde se hallaba el cadáver. El alguacil iba confuso, sin comprender aquello, pues en los nueve años que llevaba en la población no había ocurrido nada parecido. Ni aún con la salida de los amnistiados del penal, con el triunfo de las izquierdas, había ocurrido en Burgos el menos incidente. Ni un atentado social, ni el menor disturbio político había habido en aquella ciudad (Burgos). Y, de improviso, aquel suceso inesperado: un obrero, un pobre ayudante de albañil que salía de su casa, se cruzó con una camioneta donde iban los "Legionarios de Albiñana" dando voces. "¡Tú, socialista cabrón! -le gritaron desde el camión-. ¡Grita Viva España! ¡Viva el Ejército!" "¡Viva la República! -contestó el obrero-. Sonaron unos tiros y el cadáver del desgraciado quedó en medio de la calle, frente a la casa de Correos."

Antonio Ruiz Vilaplana, "Doy Fe"

Nota: Antonio Ruiz Vilaplana ostentaba el puesto de Secretario Judicial de Burgos cuando se produjo la sublevación militar de 1936. En la obra narra la represión política, los fusilamientos, los apresamientos fuera de derecho y sin garantías jurídicas.

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